Mamá, me duele la pieeenna
Venga anda un poquito que eso es porque no te mueves nada.
Nos fuimos a dar una vuelta para que caminara y corriera como hacen los niños de su edad pero cada poco se quejaba y lloriqueaba para que lo cogiera e incluso a veces cojeaba un poquito.
Así fue como empezó hace ya más de un año esta aventura de la enfermedad y del trasplante, esa fue la señal. Un niño de dos años al que le dolían las piernas y que de vez en cuando tenía piquitos de fiebre, una madre (la menda) que pensaba que ese dolor era algo normal propio del crecimiento y unos médicos de ADESLAS que hacían caso a una madre que no tiene ni idea de asuntos médicos....Anda que no tuvimos que luchar después para que al Duende le hicieran pruebas. Anda que no tuvimos que estar papel va papel viene para que nos atendieran en la seguridad social y Adeslas no se metiera de por medio presionando a los médicos para que nos dieran el alta y amenazándonos a nosotros con que no iban a pagar los costes cuando encima habían sido ellos los que nos habían remitido por falta de equipos para poder hacer las pruebas pertinentes...Eso si....anda que tardaron poco en darnos el traslado de compañía cuando hastiados por su hipocresía decidimos que no valía la pena estar en lo privado cuando, sin lugar a dudas lo público era cincuenta billones de veces mejor. Que si, que te atienden muy rápido, que si, que en las consultas hay poca gente. Que si, que sus edificios son nuevísimos y limpísimos. Pero a la hora de la verdad, cuando realmente se necesitan las cosas ahí es cuando te das cuenta de que no hay ni punto de comparación de un sitio a otro.
Después del paseo mi prima y yo nos pusimos a examinar al Duende...
Pues si, parece que tiene las rodillas hinchadas.
Se me quedó cara de haba cuando llegaron los resultados de la analítica y nos dijeron que nos quedábamos en observación porque había unas cuantas células inflamatorias de más. Pero bueno, supongo que en estos casos con niños recien trasplantados más vale curarse en salud y si lo que hay que hacer es observar pues que observen todo lo que sea necesario.
El Duende está aquí como en su casa (o en la casa Okupa, la de mi prima) y va saludando a sus amiguitos con alegría. Hoy los chicos de la Cruz Roja nos han reunido en la Ciber-sala y allí hemos estado jugando unas horillas.
Hoy no ha cojeado ni se ha quejado pero cuando ha venido la Doctora de guardia a verlo (observarlo) ha apreciado que le dolía la rodilla derecha.
A ver mañana que tal va.