viernes, 27 de noviembre de 2015

EL TIRA Y AFLOJA DE LAS VACUNAS

Antes de ayer, POR FIN, al Duende le pusieron las vacunas que le correspondían al mes de noviembre....y eso que le tocaban a principios, ejem, ejem.

Ya conté el otro día que estábamos teniendo unos cuantos...(no quiero llamarlos problemas porque no es que sea para tanto) inconvenientes, traspiés, tropiezos....argggg, sí, mejor así.

Cuando en septiembre nos dieron la tremendamente buena noticia de que Daniel podría empezar con el calendario vacunál y por tanto, que podría incorporarse a la escuela nos pusimos, como es lógico, locos, loquísimos de contentos.

Hasta aquí guay.

Evidentemente, en el hospital de la Paz nos dieron todos los informes y papeles que correspondían para que se llevara a cabo el proceso de vacunación, es decir, la guía con todas las vacunas especificadas y ordenadas mes a mes. A eficientes no les ganan, por algo es uno de los hospitales mejor valorados de España (Aquí está la noticia)

Seguimos guay pero....el tropiezo.

Llegó el momento de volver al mundo de la normalidad, el tener que pedir cita para el médico y el ir al centro de salud como hacen las personas normales que nosotros tanto ansiábamos ser.

Aquí es donde empezó a complicarse la cosa. AVISO QUE VA A SER LARGO (lo he intentado resumir pero soy parlanchina y no se me ha dado bien).

Primero tuvimos que explicarle al pediatra de la consulta la dolencia de Daniel y el motivo por el que se le ponían unas vacunas y no otras (esto nos llevó un rato porque el hombre no entendía que hubiera que empezar desde el principio teniendo cinco años ya).
Después, tras entregarle todos los papeles, no nos quedó más remedio que irnos a casa a esperar que el servicio de vacunación aprobara la petición y nos llamara para darnos el consentimiento.

Y nos llamaron, obviamente, pero cuando fui a recoger el informe y también las vacunas que tocaban ponerle al pequeño, me quedé un tanto, "extrañada". Habían modificado el calendario que me dieron en Madrid. Las vacunas que debían ponerle en los primeros meses pasaban a estar en los últimos... ¿EINS? ¿Por qué?

Cuando pregunté sobre estos cambios, muy amablemente, me pusieron en contacto (vía telefónica) con el doctor que había elaborado dicho informe. Él, también muy amable, me explicó que, según su criterio, así el calendario estaba mejor, a lo que yo respondí que si en Madrid me habían dado un calendario ya especificado sería por algo y que no comprendía la modificación.

En este punto dio comienzo el tira y afloja.

Tengo que hacer un inciso para decir que, a veces, la gente de a pie nos vemos intimidados por el significado que le damos a la palabra doctor. Para mi y supongo que también para alguien que lea esto, un doctor no es sólo es el título que lleva delante de su nombre una persona que ha estudiado muchísimo para ganárselo sino que es mucho más. Es la persona que cuida de nosotros, la que nos vela, la que sabe qué es lo mejor, La que, a fin de cuentas, tiene conocimientos para salvaguardar nuestras vidas y darnos la opción de vivir muuuuucho muuuuuucho tiempo.

Pues esto es lo que me pasó a mi. Al final, viendo que el Doctor no cedía a mis preguntas y a mi incredulidad por el cambio hecho, terminé conformándome, aún con recelo.

Pasó el tiempo.
En septiembre a Daniel le pusieron tres vacunas, una menos de las que, según el calendario de Madrid, le correspondía.
En octubre no hubieron vacunas, aunque de haber seguido el calendario de Madrid si las hubiera habido.
En noviembre fuimos a revisión y nos tocó consulta en inmunología. Hablando con el doctor (al que no había visto en la revisión de octubre, por si te lo preguntas) le comenté lo sucedido con lo de las vacunas.

¡¡¡¡HORROR!!!! (aquí podría escucharse la música de esa escena tan famosa de la ducha de Psicosis)

Al hombre le cambió la cara y a mi casi me da un patatús.

¿Por qué han cambiado el calendario?

Lo juro, lo preguntó lentamente, sílaba a sílaba, letra a letra, y el aire que iba saliendo con su voz cortaba y a la vez helaba.
Vale, soy una exagerada, quizás no fue para tanto....jo....pero esa es la sensación que a mi me dio.

Le conté lo sucedido, le conté mi conversación con el Doctor que había hecho el cambio. Le conté que me dolía una muela y en esos momentos también la tripa. Le conté todo porque era incapaz de callarme, porque los nervios me comían, porque quería llorar, porque sí, porque yo soy así, que cuando me pongo nerviosa no paro de hablar y suelto estupideces, incoherencias, tonterías.....Ahhhhhh.

Y después de confesarle hasta lo que guardo en el cajón de mi mesita de noche, empecé con las preguntas...las que de verdad importaban, las que quería soltar desde el principio pero que temía expresar.

¿Es grave?
¿Esto puede afectar en algo al proceso del trasplante? 

Titubeó. No me contestó con firmeza y eso me dio atemorizó todavía más.
Después de recapacitar, un tiempo que a mi se me hizo eterno, intentó transmitirme paz (aunque sin mucho éxito, la verdad). 

Una vacuna sin poner es como jugar al borde de un precipicio.

Con un nuevo informe redactado para la causa en el que exigía que se siguiera con el calendarios prescrito en Madrid, me personé en el departamento de vacunas.

El médico lo valorará y a lo largo de esta mañana le dará la solución. 

Ese día no me llamó, y como coincidió que era viernes, tuve que esperar al lunes, pero en toda la mañana tampoco me llamaron, así que antes de que cerraran llamé yo.

Han habido problemas informáticos, no se preocupe que mañana el médico la llama sin falta. 

Y me llamó....pero para decirme que no iban a cambiar nada. Que el informe se quedaba como ellos lo habían hecho.

¿¿¿QUÉEEEEEE??? 

Creo que la conversación duró casi una hora. Una hora en la que yo intenté que el doctor entrara en razón. Le expliqué el caso de Daniel, le expliqué que el calendario ya estaba hecho y que no era inventado por los médicos de la Paz y que seguía el convenio fijado por la Unión Europea pero me dijo que como si era de Kathmandu...
Le rogué por favor que lo cambiara...pero no hubo manera. Estaba plenamente convencido de que era mejor así.
Al final le pedí que llamara a los oncólogos y al inmunólogo de la Paz y que se pusieran de acuerdo entre ellos, que yo sólo era una intermediaria que se estaba asfixiando con la situación y me dijo que él no iba a llamar a nadie, que si yo quería me pusiera en contacto con quien correspondiera y que fuera esa persona la que se encargara de llamarles, que en el informe estaba el número.

Pues bien, lo hice, llamé a quien correspondía (a mi entender)....¿¿¿Y sabes qué pasó???

Gracias a esa persona el final de esta historia es feliz. (te lo digo ya para que dejes de apretar los dientes y te puedas relajar).
Los buenos siempre ganan y el bien triunfa sobre el "mal"
 
Días después tuve que ir a recoger el nuevo informe.
Ni que decir tiene que el doctor estaba disgustado, muy disgustado. Me preguntó muy enfadado que con quién había hablado yo...y, tal y cómo he dicho antes... le contesté que con quién correspondía.
Empezó a atacarme y si no era su intención hacerlo yo sí lo sentí así. Con que me puse recta y le dije lo que quizás no quería oír.


Sí, ya sé que según su opinión profesional esto debería hacerse como dice, pero los médicos de mi hijo no opinan igual así que....ya vé que al final el informe habla por sí solo.

Lo sé, le herí en su orgullo, pero no tengo remordimientos.
Durante dos años, casi tres he puesto la vida de mi hijo en manos de los profesionales de la Paz y hoy lo tengo junto a mí.
Si ellos me dicen que salte, yo salto. Y si viene alguien de fuera a ponerse en medio porque le parece una locura que lo haga, según su criterio, hasta que no me demuestre que es tan bueno como lo son los que ya conozco lucharé por empujarle y que me deje saltar.

Al final el doctor se despidió de mi, preguntándome en un tono mordaz...

¿ERES FELIZ?

Qué ironía, ¿verdad?

Sí, soy feliz. 

SIEMPRE FELIZ.

Con esto que he contado no quiero poner en duda la profesionalidad de nadie pero, viviendo en el mismo país que vivimos, no entiendo por qué cada comunidad sigue su propio protocolo, su propia forma de proceder. ¿Por qué el programa sanitario no está unificado? ¿Por qué lo que te dicen en Madrid no vale en Murcia? ¿Por qué en unas comunidades una vacuna es gratuita y en otras no?
Tenemos mucha suerte de contar con un sistema sanitario como el que tenemos pero esto no significa que no hayan cosas que se puedan mejorar.

Lo dicho antes....Siempre Feliz.