viernes, 6 de diciembre de 2013

Cocinero del Amor

¡¡¡Madre mía que ilusión!!!

Hoy mucha gente se ha ido de puente pero el cocinero de la Paz es un currante que no deja a nadie sin comer.

¿Has oído hablar de él?

Es un tío muy pero que muy majo.

En su tiempo libre le gusta ir a una vieja librería, de esas que tienen pilas y pilas de libros antiquísimos para ayudar al anciano propietario.
Las tardes de los sábados y los domingos, antes de la cena del hospital, va allí también a contarles cuentos a los niños que le miran ensimismados metiéndose hasta el fondo en los relatos y dejando que su narrativa les haga olvidar el mundo del que proceden. 

Todas las mañanas al pasar por el parque que hay al lado de su casa les echa a los patitos unos corruscos de pan que guarda la noche anterior de las sobras del hospital. Sobras que, por supuesto, lleva él mismo al albergue para los pobres y de las que sólo se queda esos trozos de pan mordisqueado

La madre del cocinero de la Paz es de origen francés y fue ella la que le inculcó que la comida debe ser un placer para los sentidos. Además Amelie, que así es como ella se llama, es una pintora de miniaturas muy muy pequeñas. Fue de ella de la que heredó la nariz alargada y afilada típica de esos franceses refinados que además es ideal para la captación de los deliciosos aromas de los alimentos al cocinarse y mezclarse.

Su padre es español de pura cepa, trabaja en la fábrica de banderas y ama a su país tanto tanto como a su mujer y a su hijo el Cocinero. José adora tomar café en la plaza Mayor y su plato favorito es el cocido, cómo no, madrileño.


Y después de contarte un poco de donde procede el majísimo cocinero de la Paz te digo que hoy ha hecho saltar de alegría al Duende

¿Adivinas por qué?

Siiiiiiiii, ¡¡ESPAGUETIS!!



Le queremos Cocinero de la Paz.

El Duende se ha comido los espaguetis con unas ganas y con una cara de placer que me arrepiento de no haberlo grabado. ¡Ni uno ha dejado!

Y aunque hoy hemos puesto el árbol de Navidad, siguiendo con la tradición que tenemos en casa de ponerlo siempre en el puente de diciembre, desde luego lo más memorable ha sido el platazo de Espaguetis que el Duende se ha metido pal cuerpo gracias al Cocinero de la Paz que es más bueno que el pan que le echa a los patos.

Esperemos que le haya llegado nuestra nota corazón de agradecimiento.

¡¡Gracias Cocinero!!

PD: Puede que en realidad sea Cocinera y no Cocinero de la Paz y también puede que el dibujín se parezca bastante al cocinero de Ratatui pero es que los cocineros medio franceses tienen casi todos la misma cara. 

4 comentarios :

Gracias por tus blablablas