Antes de nada, si te has fijado en la ilustración navideña que acompaña el post quiero aclararte que NOOOOOOOO, no me he vuelto loca ni me ha dado la fiebre navideña de los centros comerciales...aunque bueno, quizás un poco loca sí que estoy. ¡¡Pero de contenta!!
Sí, estoy loca de contenta, estoy feliz, tiro confetti y soplo purpurina en la cara de la gente!! Así de guay soy yo.
La semana pasada tuvimos revisión...hasta aquí todo normal y corriente. Los resultados eran igual de buenos que siempre, tal y como esperábamos y, aunque sí, tuvimos un pequeño tropiezo con un tema relacionado con las vacunas y el tira y afloja que se llevan los médicos de las distintas comunidades (esto lo contaré más adelante en otro post porque tiene mandanga), por lo demás ESTÁ TODO OK. La quimera sigue siendo compartida por los dos donantes, aunque ya casi casi que nos estamos despidiendo del primero, las analíticas están perfectas y para más alegría los niveles de hierro del pequeño, que no sé si llegué a contarlo pero que no estaban bien y tuvimos que estar dándole vigas para comer, han vuelto a la normalidad. YUJUL!!
Y claro, como era de esperar con tan buenas noticias llegó la más fabulosa de todas...LA SIGUIENTE REVISIÓN SERÁ EL AÑO QUE VIENE!! Nada más y nada menos que en ENERO. ¡¡Ou, yeah!! O como diría mi amigo Dani; Oe oe oe oe.
Vale, algunos pondrán cara de churro rancio y pensarán, "Si el año nuevo está a la vuelta de la esquina". Brrrrrr....Pedorreta para esos porque no tienen ni idea de lo que nos supone a nosotros este periodo de tiempo tan laaaargooo.
Es un mundo gigantoso en el que podremos desconectar (espero) de la pesadez que nos supone ir cada mes a revisión porque, aunque un mes da para mucho y la primera semana estás la mar de a gusto, la siguiente ya empieza a acecharte la alarma que te dice: ¡Ey, que ya va faltando poco! En la tercera semana comienzas a mirar al niño más veces de la cuenta, asegurándote que lo ves bien y que la siguiente semana, cuando ya toca la revisión, va a seguir igual. Cosa que no suele ocurrir porque siempre surge algo; le da tos, tiene muchos mocos, ahora un poco de bronquitis....arrgggg...luego hay suerte y el día antes de la revisión parece que mejora, pero vaya suplicio.
Así que nada...a disfrutar al máximo de estos dos meses, casi tres de parón.
Qué contentos salimos de la consulta, despidiéndonos de todos con besos y deseándoles feliz Navidad, diciéndoles que nos veíamos el próximo año.
¡Qué raro pero a la vez que genial!
Y ya de paso, con la sonrisa sobresaliendo de mi cara, me dio por pensar...Pensar en la Navidad. Pensar en que sí, que ya está a la vuelta de la esquina. Pero sobre todo, me dio por pensar en que, con todo esto de la enfermedad del Duende, a lo tonto llevamos dos años sin pasar estas fiestas en casa, en nuestra propia casa.
En el 2013 estuvimos ingresados y en el 2014 acabábamos de salir del hospital y estábamos en esa mini casa alquilada que era lo único que se ajustaba al mini presupuesto de nuestro hipotecado bolsillo.
Mira sí, al final lo confieso...creo que me ha dado la fiebre navideña...Ya mismo voy a poner el árbol con los adorno que compré en las rebajas de verano hace ya tres años y que todavía no he podido estrenar. Madre mía, ¡¡tres años!! Si es que pasa el tiempo volando.
FELIZ NAVIDAD
FELIZ DÍA!!
Sí, estoy loca de contenta, estoy feliz, tiro confetti y soplo purpurina en la cara de la gente!! Así de guay soy yo.
La semana pasada tuvimos revisión...hasta aquí todo normal y corriente. Los resultados eran igual de buenos que siempre, tal y como esperábamos y, aunque sí, tuvimos un pequeño tropiezo con un tema relacionado con las vacunas y el tira y afloja que se llevan los médicos de las distintas comunidades (esto lo contaré más adelante en otro post porque tiene mandanga), por lo demás ESTÁ TODO OK. La quimera sigue siendo compartida por los dos donantes, aunque ya casi casi que nos estamos despidiendo del primero, las analíticas están perfectas y para más alegría los niveles de hierro del pequeño, que no sé si llegué a contarlo pero que no estaban bien y tuvimos que estar dándole vigas para comer, han vuelto a la normalidad. YUJUL!!
Y claro, como era de esperar con tan buenas noticias llegó la más fabulosa de todas...LA SIGUIENTE REVISIÓN SERÁ EL AÑO QUE VIENE!! Nada más y nada menos que en ENERO. ¡¡Ou, yeah!! O como diría mi amigo Dani; Oe oe oe oe.
Vale, algunos pondrán cara de churro rancio y pensarán, "Si el año nuevo está a la vuelta de la esquina". Brrrrrr....Pedorreta para esos porque no tienen ni idea de lo que nos supone a nosotros este periodo de tiempo tan laaaargooo.
Es un mundo gigantoso en el que podremos desconectar (espero) de la pesadez que nos supone ir cada mes a revisión porque, aunque un mes da para mucho y la primera semana estás la mar de a gusto, la siguiente ya empieza a acecharte la alarma que te dice: ¡Ey, que ya va faltando poco! En la tercera semana comienzas a mirar al niño más veces de la cuenta, asegurándote que lo ves bien y que la siguiente semana, cuando ya toca la revisión, va a seguir igual. Cosa que no suele ocurrir porque siempre surge algo; le da tos, tiene muchos mocos, ahora un poco de bronquitis....arrgggg...luego hay suerte y el día antes de la revisión parece que mejora, pero vaya suplicio.
Así que nada...a disfrutar al máximo de estos dos meses, casi tres de parón.
Qué contentos salimos de la consulta, despidiéndonos de todos con besos y deseándoles feliz Navidad, diciéndoles que nos veíamos el próximo año.
¡Qué raro pero a la vez que genial!
Y ya de paso, con la sonrisa sobresaliendo de mi cara, me dio por pensar...Pensar en la Navidad. Pensar en que sí, que ya está a la vuelta de la esquina. Pero sobre todo, me dio por pensar en que, con todo esto de la enfermedad del Duende, a lo tonto llevamos dos años sin pasar estas fiestas en casa, en nuestra propia casa.
En el 2013 estuvimos ingresados y en el 2014 acabábamos de salir del hospital y estábamos en esa mini casa alquilada que era lo único que se ajustaba al mini presupuesto de nuestro hipotecado bolsillo.
Mira sí, al final lo confieso...creo que me ha dado la fiebre navideña...Ya mismo voy a poner el árbol con los adorno que compré en las rebajas de verano hace ya tres años y que todavía no he podido estrenar. Madre mía, ¡¡tres años!! Si es que pasa el tiempo volando.
FELIZ NAVIDAD
FELIZ DÍA!!